martes, febrero 06, 2007

Les gens de la rizière - La gente del arrozal (Neak Sre, Rithy Panh, Camboya / Francia, 1994, 123')

Rithy Panh nació en Camboya y a los 11 años, allá por 1975, fue enviado a uno de los “campos de rehabilitación” en los que el régimen de Pol Pot buscaban reeducar a los jóvenes de la ciudad. Cuatro años después, cuando toda su familia ya había muerto, escapó a un campo de refugiados en Tailandia y de ahí fue enviado a Francia, donde gracias a una beca estudió cine. Luego de algunos trabajos documentales, Panh decidió adaptar la novela del malayo Shahnon Ahmad "Ranjau Sepanjang Jalan" (No Harvest but a Thorn, 1967). El camboyano trasladó la acción a su tierra y así nació La gente del arrozal, su primer trabajo de ficción.
La gente del arrozal es un docu-drama sobre la vida en el campo camboyano. Lo más sorprendente de la película es el choque entre la hostilidad y la belleza paradisíaca del territorio que Panh captura a la perfección con su cámara. Los protagonistas son una familia de campesinos que vive de la cosecha anual del arroz, pero un accidente hace que la familia se desmorone y peligre la cosecha. A la madre la picó una serpiente (el “ajusticiamiento” del ofidio es una de las escenas más impactantes de una película donde abundan escenas de este estilo) y el padre se clavó una espina en el pie al acudir a su rescate (el intento de sacarse la espina es otra escena deslumbrante como la de la serpiente). Ella sobrevive, pero la herida del padre termina siendo fatal. Todo es cuesta abajo de aquí en más para la familia. La madre tiene que lidiar con los quehaceres domésticos además de encargarse del campo. Al poco tiempo, pierde la cabeza por lo que la hija adolescente (la mayor de... ¡siete hermanas!) es quien tiene que ponerse la familia al hombro mientras la madre está encerrada en una jaula hasta que puedan mandarla a la ciudad para que la atiendan. La pequeña es ahora la encargada del campo y, además de cuidar de sus hermanas, tiene que impedir que cuervos (la imagen de los campesinos corriendo para armar rápido espantapájaros y espantar a los cuervos es memorable) y cangrejos se coman la cosecha.
Si bien es cierto que en la película se sucede una tragedia detrás de otra, el tono distante que mantiene Panh permite que la película nunca se sienta agobiante (un buen ejemplo es el cuidado que Panh le imprime a la locura de la madre). Además, el ritmo de la narración de Panh, que demuestra interés por cada una de las actividades diarias de los campesinos, le otorga respiros al espectador e impide que se amontonen las tragedias. Como si fuera poco, la mayoría de esas secuencias involucran un lago que tal vez sea el más fotogénico de la historia del cine.

Para amenizar la espera del posteo sobre S21, The Khmer Rouge Killing Machine, documental más renombrado de Panh, dejo un par de links con declaraciones del director acá y acá. En inglés. Y para los que no saben, la entrada de wikipedia y una nota de la época del DocBsAs 2004 de Horacio Bernades.